martes, 6 de diciembre de 2016

Clasificación de recursos que deben estar en el aula


El medio fotográfico y el aula
Aunque desde la antigüedad se conoce el principio de la cámara oscura -que es la base de la fotografía-, hasta el siglo XIX no se consigue grabar la imagen a través de la exposición luminosa. Louis Jacques Daguèrre en 1826 consigue la primera toma que se conserva tras una exposición de ocho horas. El medio progresó rápidamente, hasta conseguir, dentro de su magia, una ferviente popularización. A lo largo de este siglo y especialmente en el XX, el fotógrafo se convierte en una prestigiosa profesión, símbolo del progreso de la civilización, además de instrumento de cultura y ciencia. Instantáneas familiares, bélicas, paisajísticas, urbanas... van a ir retratando la vida social y personal de todo el siglo. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías a partir de la década de los cincuenta, la fotografía comienza a hacerse popular, con la aparición de cámaras fotográficas asequibles para el público, primero en blanco y negro y muy posteriormente en color. Aguaded,J y Salanova, E.(1998)
Hoy día, la fotografía es un lenguaje audiovisual con características propias y muy arraigado en toda la población. Sólo la popularización de las cámaras digitales ha comenzado a restar algunos adeptos a este medio, con la incorporación del movimiento y la economía del material empleado. De todas formas, la fotografía sigue siendo un lenguaje peculiar de comunicación y expresión que también ha ido avanzando al compás de las nuevas tecnologías: cámaras de bolsillo, móviles,reducción de los costes de los equipos, tener las imágenes de forma inmediata, han permitido que este medio audiovisual siga muy vigente en el entramado social.
La fotografía, por ello, constituye un buen recurso para el desarrollo de la actividad en las aulas, tanto en el ámbito de la investigación y experimentación, como en los niveles lúdicos y creativos.
En la actualidad, la fotografía está presente en los centros educativos sólo desde un punto de vista receptivo, a través especialmente de las imágenes contenidas en los textos, que en los últimos años han ido progresivamente incorporando a sus diseños instantáneas de mayor calidad y valor didáctico. Sin embargo, este limitado uso, debe dar paso también a un conocimiento directo de este medio, así como a una utilización creativa del mismo.




Utilización didáctica
 Como bien añaden estos autores,el lenguaje fotográfico puede ofrecer en la planificación didáctica un recurso visual de amplias posibilidades educativas por su enorme popularización, unido a su fuerte carga motivacional, sus potencialidades para la investigación del entorno, el estudio del medio... La fotografía además emplea un código específico de interpretación y construcción de la realidad, de especial trascendencia en el proceso educativo. Es, al mismo tiempo, un documento de gran valor didáctico y una privilegiada herramienta de trabajo para los alumnos.
La aplicación didáctica de la fotografía en el aula, aparte del uso convencional como apoyo a textos, puede orientarse tanto en lo que se ha venido llamando lectura de imágenes, como en el conocimiento del medio en sí mismo, justificado no sólo por su notable influencia social sino por la necesidad de dotar a los alumnos de informaciones básicas sobre este lenguaje gráfico-visual, a fin de que sean capaces de interpretarlo. Según Matilla, la fotografía es por ello una herramienta, un documento y un objeto de trabajo que facilita las actividades creativas en el aula.
Cámaras, soportes fotográficos, principios básicos de la imagen, (todavía puede ser de interés trabajar analógicamente en laboratorio, con diferentes tipos de revelado y utensilios, utilizando técnicas artísticas de creación fotográfica... junto con elementos básicos de la imagen como la luz, color, ángulos, perspectiva, puntos de vista, etc. pueden iniciar de una forma innovadora -y no como una cascada de conocimientos técnicos apabullantes- a los alumnos en este apasionante mundo.Programas informáticos de manipulación de imágenes, hacen más fácil su utilización y el análisis.
Por otro lado, no hay que olvidar la fácil y motivadora tarea de hacer fotos prácticamente casi de todo y para todo. El comodín «foto» puede ser un complemento utilísimo en la mayor parte de las materias o especialidades. Es posible además, montar un sencillo laboratorio, que sin excesivas complicaciones tecnológicas, descubra a los alumnos el proceso químico de la fotografía y haga posible la realización y producción inmediata.
Por tanto, podemos establecer diferentes niveles de utilización didáctica, entre los que podríamos destacar:
a) Lectura de imágenesfomentando el contacto con el mundo icónico, a través de la interpretación lúdica y reflexiva de los mensajes visuales, mediante lecturas objetivas y subjetivas, así como recreaciones de los mismos. La imagen informa sobre la realidad, pero también tiene que ser una plataforma que potencie la imaginación y creatividad de los alumnos.
La lectura de imágenes fotográficas ya comercializadas o impresas en los libros, ya elaboradas por otros alumnos es un óptimo auxiliar didáctico para las distintas especialidades que junto a su fin instrumental, tiene que tener también una finalidad reflexiva.
b) Conocimiento del medioa través de un estudio -más inductivo que teórico- del lenguaje fotográfico: cámaras (objetivos, diafragmas, visor, obturadores, accesorios...), soportes fotográficos (películas, negativos, diapositivas, emulsiones y líquidos...), tipos de revelado, laboratorios... además de los sistemas de información visual, técnicas de composición de la imagen, creatividad fotográfica, etc.
Estos conocimientos no deben tener fin en sí mismos, ni tender a una excesiva profesionalización de los alumnos en estos medios técnicos. Inicialmente lo que se pretende, fundamentalmente centrado en la práctica, es permitir que conozcan los mecanismos que este lenguaje visual pone en funcionamiento. El conocimiento del medio tiene por ello un fin instrumental y funcional, que no debe caer en una excesiva tecnificación, sobre todo si la actividad se plantea a un nivel general como materia común y no como una opcionalidad voluntaria.
c) Hacer fotos es una actividad tan sencilla como ignorada. Sólo requiere simples cámaras o incluso la posibilidad de elaborar manualmente «cámaras oscuras» por los propios alumnos. Sencillas cajas de cartón con orificios son los medios técnicos suficientes para poner en marcha estas rudimentarias cámaras. La fotografía digital facilita la labor. En todo caso, no se trata de hacer tomas sin más. El uso creativo de la fotografía en el aula tiene que responder necesariamente a una planificación didáctica donde se recoja detalladamente cuál es la finalidad de las tomas y en qué casos se van a realizar. Las actividades previas y posteriores, así como el «planning» del proceso cobra aquí todo su valor.
d) El laboratorio consigue también adentrar al alumno de forma práctica a la «aventura» de manipular y revelar sus propias tomas fotográficas. Sin necesidad de sofisticados medios, es posible montar un laboratorio de blanco y negro de bajo coste y sencillo manejo en una pequeña sala aislada de la luz. El laboratorio digital, hace posibles infinidad de efectos y manipulaciones.
e) El taller de fotografía, ha de entenderse como elemento aglutinador de todas las actividades previas y como módulo activo y creador vinculado a todas las materias, para ofrecer el lenguaje visual como auxiliar didáctico, como objeto de estudio en sí mismo y especialmente como técnica creativa de trabajo en el aula.
El taller de fotografía no tiene por qué ser concebido exclusivamente como un espacio físico, sino más bien como marco de referencia, como modelo teórico que puede ser compartido por diferentes profesores y alumnos del centro. Con esto no queremos rechazar la ubicación del taller en un lugar concreto. Sin embargo, hay que desprenderse ya de la concepción tradicional que ha asociado el empleo de los medios audiovisuales en los centros, como obligatoriamente vinculado a unos compartimentos (normalmente blindados), donde sólo era posible emplear los medios. Una organización espacial y temporal más flexible permite otras alternativas más creativas y menos uniformes. Los medios han de entrar en las aulas, en función de una planificación previa que no debe supeditarse exclusivamente a ciertos espacios.Aguaded,J.I y Salanova, E. (1998)
La fotografía debe estar en el aula, en definitiva, pues aunque su finalidad primordial no es la de convertir a los alumnos en profesionales o técnicos de la fotografía, puede en un futuro próximo derivar en el interés por otra profesión más. No obstante, los alumnos, en cualquier caso, aprenderán a expresarse mediante la imagen, comprendiéndola, interpretándola y recreándola conscientemente. La introducción en la enseñanza de este medio tan conocido y popular no es costosa, ni requiere sofisticados recursos técnicos; sí, en cambio, es necesario que responda a una reflexiva planificación didáctica del equipo docente, con una especificación clara de los objetivos educativos y las finalidades de su uso, porque -no lo olvidemos- la fotografía, como cualquier otro medio audiovisual no es más que un simple medio que debe y tiene que estar supeditado a una programación del proceso de enseñanza-aprendizaje.  

Los textos son cogidos del libro «Medios, recursos y tecnología didáctica para la formación profesional ocupacional» escrito por los profesores José Ignacio Aguaded y Enrique Martínez-Salanova y publicado en 1998.

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